El último
tango de Salvador Allende
Plaza & Janés
375
páginas
El
último tango de Salvador Allende es una novela escrita desde la
conciencia, plena, de los alcances de la literatura: su potencialidad, sus
limitaciones. Es una narración íntima, intensa, de la vida de hombres
ordinarios, y de un país, desde la cotidianeidad. Son tres historias, que no
sólo se cruzan en determinado punto, sino que se sobreponen en la memoria. Se mezclan,
se enriquecen, se comunican.
También es la historia de los sueños y
los fracasos, de las búsquedas, de las desilusiones: de un país, de unas
personas.
Quizá el mayor mérito de Roberto Ampuero sea la decisión de
abordar de un modo aparentemente
transversal un tema histórico, y con este alejamiento técnico aproximarse, sin
miedo, a los acontecimientos. Construye un relato personal, a través del
recuerdo, pero sin desconectarse de los hechos.
Es un ajuste de cuentas con la
memoria: una muerte que obliga a buscar en el pasado. Los muertos nos
reconcilian con la memoria, la que se niega por ignorancia o por miedo. Es la
historia (o las historias: las minúsculas y la mayúscula) donde Roberto Ampuero
se mueve con dominio, con precisión, con elegancia.
Un vistazo. La muerte de Victoria,
obliga a su padre David Kurtz, a trasladarse a Chile, donde trabajó para la
CIA, vuelve para convocar los recuerdos extraños, los de la hija, y descubre lo
que nunca imaginó mediante el testimonio de un hombre, Rufino, cercano a Salvador
Allende.
Con la meticulosa intensidad del
relato policiaco, Roberto Ampuero
vuelve sobre los últimos días de Salvador Allende y aporta una visión personal,
nacida de la admiración y la sinceridad literaria construyendo una novela
apasionada que nos lleva por los vericuetos de política y el amor, del olvido.
Y la música, a la manera de anticipación de las emociones, enmarca esta historia singular. Desde Iron Butterfly hasta John Lennon. De José María Contursi a Enrique Santos Discépolo. Tangos y otros ritmos dando cuenta de una época que no puede atraparse con las manos y que sólo los dedos del escritor pueden hacernos sentir.
Si en Nuestros años
verde olivo, Roberto Ampuero logra
plasmar la vivencia, en El útimo tango
de Salvador Allende la trasciende. La ficción se hace más real en la medida que
se ficciona, pero también el testimonio
real se vuelve ficción. Entre los lindes del dato y la ficción habita la
escritura de Roberto Ampuero. Ingenio
y vivacidad, destreza narrativa, pero sobre todo la necesidad de contar las
cosas, no como son, sino como se recuerdan (aunque se recuerden como son).
No hay comentarios:
Publicar un comentario