Duranguraños
José Angel Leyva
José Angel Leyva
Editorial Alforja
169 páginas
La de José Ángel Leyva no es una
poesía simple. Es el testimonio de quien observa, rememora y, filosamente, hace
un corte a la realidad, la hace verso exacto.
Es, también, una intención de búsqueda: la del artefacto verbal. No la
del juego ni la del malabarismo semántico. No. La de Leyva es una palabra que
detona. Explota en su exactitud. Se mide
y se abandona a su significado. Palabra precisa.
Dice Evodio Escalante, en el prefacio
a Duranguraños: “la geografía
imposible del alma está dibujada aquí”. No. Es la orografía de la memoria. Las
cumbres, las caídas. Pero también la niebla del olvido. Y acaso también la
piedra que es el poeta. “Mi origen es la
suma de los dóndes/ la tierra adentro adonde vaya”
Duranguraños: unión de
tres sitios. El espinazo del diablo, Los versos del guerrero y Entresueños. Es la declaración, no de principios ni de
fines, la del camino. Son las huellas. La marca de los signos que dejan de ser
ellos, para ser otros, totalmente otros, alejados de su forma vivencial. El
signo que es más grande que la palabra pero que sólo la palabra describe.
La preocupación (ocupación) del
lenguaje, por los lenguajes, esos a los que acaba la muerte pero que sólo el
poeta inmortaliza y si no los inmortaliza al menos los prolonga, es la
constante.
Es la poesía de la aceptación. No por
la vía de pasividad, es la labor del héroe. También es la aceptación de quien sabe que lo fundamental es
inamovible. “La muerte, profesor, enseña nada”.
Poesía de la genealogía: el abuelo, el
padre-eslabon, el hijo. El abuelo que dio la carne, el padre que hizo el
olvido, el hijo que da los sueños.
Desde la comprensión lírica se
escribe. “Ya sé por qué la lluvia a ríos es mujer”. Una aseveración así, no hay
quien la contradiga. Y no porque la escriba José Ángel Leyva, sino porque la
escribe el poeta, el mismo que reconoce: “No soy yo/ sino alguien similar/ a este
que mira”.
Duranguraños, sitio de la
añoranza. Habitación que no termina de
habitarse (acaso, ni de construirse).
No hay comentarios:
Publicar un comentario