domingo, 10 de junio de 2012

Apuntes hacia ningún sitio


Sobre la elección

¿Por qué se elige lo que se elige? ¿Qué oscuros –o al menos, desconocidos– procesos anteceden a la capacidad de elegir? ¿En que se basan nuestras preferencias? ¿Existe realmente la “capacidad” de elegir? ¿Cuándo, dónde, bajo qué condiciones podemos elegir?
Si está condicionada ¿Es genuina elección?

Cuando se dice que la libertad está relacionada con la capacidad de elegir, esta libertad no es tal (a menos que se trate de una libertad sui generis, a modo [como parte] de cierto sistema de poder o estructura de dominación).  Por qué. La elección consiste en la búsqueda de condicionantes para inclinarse por alguna de las opciones elegible; no se puede elegir rosa cuando las posibilidades sólo permiten rojo o amarillo.
Esta delimitación de la posibilidad es una disminución a la libertad.

La radical libertad, consiste en desligarse de cualquier vínculo, de razones y sin razones. ]

No es propio de los sistemas promover la libertad radical por los conflictos que le originan, inclinándose por la libertad sui generis, propiciadora de eso que llaman convivencia armónica.
El tema de la discriminación es propio de los sistemas (jurídicos, de convivencia) contemporáneos; tengo mis reservas. No dudo de la contingente actualidad sino del modo en que se plantea. Porque el conflicto está en el fondo. Es necesario conocer los principios que motivan a los ordenamientos jurídicos y sociales (la discriminación antes que un problema jurídico lo es moral).
La equidad, por ejemplo, se inserta como parte de la libertad sui generis; la igualdad lo hace en la radical libertad.

Otro día se podrá escribir en torno a la discriminación como fenómeno de la elección del individuo y que sólo en la normatividad (jurídica y moral) adquiere valoración.
 

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